Sin duda alguna, pero no sobra reafirmar que el Agente de Viajes es el eje fundamental y necesario para que la industria del turismo se mantenga y de ninguna manera es aceptable pensar que pueda ser relevado por las plataformas tecnológicas. Nunca la mejor “App” reemplazará el carisma y la confianza que genera un profesional del turismo.
El Agente de viajes no solo organiza el viaje, es quien orienta al cliente para que tome la mejor decisión y al igual que en las demás profesiones, el reto es estar actualizado y contar con toda la información necesaria para brindar la mejor recomendación al pasajero que está en su counter, al otro lado de la línea telefónica o en la pantalla a través de la video conferencia o en el chat. El que la venta no sea presencial, no limita la responsabilidad y la necesidad del profesional de viajes.
Pues ya no es suficiente con tener buena disposición, ser ágil mentalmente, conocer el producto, conocer los operadores, ser un gurú en geografía, culto, bilingüe, vendedor, matemático y manejar profesionalmente los GDS entre las muchas más virtudes del Agente de viajes tradicional.
El nuevo Agente de viajes debe ser experto además en Instagram, Facebook, twitter, formatos responsive, SEO, generación de call to action, Blogs, Whatsapp e innumerables herramientas más que conforman el idioma de la compra de servicios turísticos post – covid 19.
Adicional a este escenario de nuevas herramientas y medios de comunicación, están las nuevas tendencias de viaje en las que el precio, la
media de contagio en destino, la probabilidad de la vacuna, la flexibilidad de los prestadores turísticos en términos de penalizaciones, cancelaciones y cambios, un mercado activo joven, poco tradicional y con viajes cortos en mente hacen mucho más compleja esta importante labor.
El nuevo agente de viajes debe organizar su tiempo en función del tiempo de sus clientes, que ya no van a la oficina, que ahora trabajan desde casa y que hacen sus búsquedas de oferta de viajes no solo de lunes a viernes, sino que los fines de semana se vuelven días también de actividad. Ya no podemos cerrar la agencia, ahora la atención debe incluir el fin de semana también y preparados para la venta de última hora, días antes, un día antes e incluso en el mismo día.
Los destinos ya no son los tradicionales y muy conocidos, ahora el mercado va por los destinos exóticos o por aquellos menos reconocidos en donde el distanciamiento social, el uso de la mascarilla y el aseo sean sus principales atractivos.
El Agente de viajes deberá estar en capacidad de brindar toda la información sobre las condiciones de bioseguridad, las negociaciones con los prestadores de servicios, las vías, servicios en carretera, alquiler de vehículos en estos destinos no tradicionales, menos explorados pero que deben ser confiables y, sobre todo, el Agende de viajes debe estar en capacidad de resolver cualquier situación inesperada que pueda sobrevenir al viajero.
El nuevo Agente latinoamericano de viajes debe trabajar “codo a codo” con los nuevos destinos turísticos, pues serán su nuevo destino por los próximos tres años.
El entorno cambia, los destinos cambian, las herramientas cambian y el Agente de viajes se adapta, porque sin los agentes de viaje no hay turismo.